
Ha resultado ser gordito, con greñas, de impulsos violentos, y exento de la mili por paranoico.
Digamos que han acertado a medias en lo de frío y calculador.
Como casi siempre, como los accidentes, la detención ha sido consecuencia de un error humano: al atracador le empezó a gustar el personaje que le habían creado, quiso empezar a serlo y no se puede ser algo sino desde la percepción ajena.
Le pese a quien le pese, el dinero mejor invertido en seguridad es el gastado en soplones.
Actualización.- El diario El Mundo nos aporta -como de costumbre- datos relevantes: su madre era una conocida maestra comunista de Majadahonda.