
Aunque ambos conocen tus debilidades y se aprovechan de ellas, saben trabajar por fases y camuflarse entre usos, convenciones, modas y actitudes, cada uno tiene su estilo. Uno, el 0001, es rápido y eléctrico como el rayo; crea dudas y espejismos y vende como buenas ideas inverosímiles. Cuando quieres darte cuenta ya no está y ha sembrado pistas que apuntan hacia ti. Arreglar los desmanes que causa en un segundo con sus interferencias puede -si acaso es posible- llevarte una vida. Entra y sale; es reincidente. El otro, el 0002, trabaja despacio porque todo cae a su favor. Es paciente y concienzudo extendiendo su magma, un capo que entrevera sus tentáculos con las raíces de tu mundo hasta que se hace legal e igualmente y para siempre tú eres él.