¿Quién no recuerda la escena de la cita del cactus de “Los siete magníficos”? Por si acaso:
Calvera (Eli Wallach) acaba de capturar a los magníficos y tiene lugar la siguiente conversación:
- Calvera -dirigiéndose a Chris (Yul Brynner) - Lo que no entiendo es que un hombre como tú aceptara este trabajo, ¿por qué?
- Chris – Yo también me lo pregunto.
- Calvera – No, vamos, dime por qué.
- Vin (Steve McQueen) – Es como un tipo que conocí una vez en El Paso; un día, se desnudó y se tiró encima de un montón de cactus. Le pregunté por qué lo había hecho.
- Calvera - ¿y?
- Vin – Me dijo que, en ese momento, le pareció una buena idea.
Pues lo mismo le ha debido pasar al Director de la televisión pública francófona Belga (RTBF), un tal Philippot, que ha permitido la emisión, sin aviso previo e interrumpiendo la programación habitual, de un simulacro de informativo urgente por la repentina declaración unilateral de independencia de Flandes- con huída del rey Alberto II al Congo incluida-, utilizando sin reparos a periodistas de prestigio y todo tipo de medios para que la ficción fuera creíble. No os cuento la que se ha armado.
La diferencia es que al del cactus le pareció una buena idea en ese momento, ¿a quién no le ha pasado?; a Philippot se lo ha parecido durante toda la producción, y todavía sigue pareciéndoselo.
Calvera (Eli Wallach) acaba de capturar a los magníficos y tiene lugar la siguiente conversación:
- Calvera -dirigiéndose a Chris (Yul Brynner) - Lo que no entiendo es que un hombre como tú aceptara este trabajo, ¿por qué?
- Chris – Yo también me lo pregunto.
- Calvera – No, vamos, dime por qué.
- Vin (Steve McQueen) – Es como un tipo que conocí una vez en El Paso; un día, se desnudó y se tiró encima de un montón de cactus. Le pregunté por qué lo había hecho.
- Calvera - ¿y?
- Vin – Me dijo que, en ese momento, le pareció una buena idea.
Pues lo mismo le ha debido pasar al Director de la televisión pública francófona Belga (RTBF), un tal Philippot, que ha permitido la emisión, sin aviso previo e interrumpiendo la programación habitual, de un simulacro de informativo urgente por la repentina declaración unilateral de independencia de Flandes- con huída del rey Alberto II al Congo incluida-, utilizando sin reparos a periodistas de prestigio y todo tipo de medios para que la ficción fuera creíble. No os cuento la que se ha armado.
La diferencia es que al del cactus le pareció una buena idea en ese momento, ¿a quién no le ha pasado?; a Philippot se lo ha parecido durante toda la producción, y todavía sigue pareciéndoselo.
Al menos, hay que reconocer que es sincero: no esconde la falta de respeto hacia su audiencia que, en general, todas las cadenas demuestran.