Es increíble lo de este país: en cuanto una persona empieza a tener éxito, vamos los otros cuarenta millones (para redondear) y nos dedicamos a meternos con él.
Sergio Ramos, el poderoso central sevillano del Real Madrid, dice “El fútbol es para listos”, y ya estamos todos machacándole. Comenta que estaría preso si contara sus travesuras y juntos cantamos que debería estarlo ya, o por lo menos amordazado. Le expulsan injustamente: tonto del bote; si es con justicia: bestia asesina. Aparece en una rueda de prensa en agosto con un gorro con orejeras, y a por él. Lo intenta arreglar poniéndose el traje blanco con la camisa negra, más leña.
Con desesperación y sin saber como agradar a los que con lupa y exigencia no le quitamos los ojos de encima, se entrega tal como es, sin tapujos, sin disfraces. Ahora, ¿qué opináis?
Sergio Ramos, el poderoso central sevillano del Real Madrid, dice “El fútbol es para listos”, y ya estamos todos machacándole. Comenta que estaría preso si contara sus travesuras y juntos cantamos que debería estarlo ya, o por lo menos amordazado. Le expulsan injustamente: tonto del bote; si es con justicia: bestia asesina. Aparece en una rueda de prensa en agosto con un gorro con orejeras, y a por él. Lo intenta arreglar poniéndose el traje blanco con la camisa negra, más leña.
Con desesperación y sin saber como agradar a los que con lupa y exigencia no le quitamos los ojos de encima, se entrega tal como es, sin tapujos, sin disfraces. Ahora, ¿qué opináis?