
¿Quién no se ha preguntado cómo es posible que ciertas iniciativas hayan prosperado, o que algunos productos hayan pasado varios filtros y llegado al mercado, o a quién se le ha ocurrido la última reconstrucción vacía del organigrama?
Sabemos, como demostraron Dunning y Krugger, que los incompetentes suelen considerarse inteligentes. Razonan poco y mal, y adoptan decisiones inverosímiles. Además, su propia invalidez mental les impide darse cuenta de sus errores, por lo que los llevan hasta las últimas consecuencias.
Si no te has dado cuenta de todo esto, puede que seas un de ellos.