Friday, December 19, 2008

Selección natural

Escenario: un “high school” americano.
Localizamos a tres individuos, especimenes arquetípicos:
1. Julius Monk.- 150 de coeficiente. Presidente del club de ajedrez. Un nerd.
2. Eric Speedman.- Capitán del equipo de football. Un completo descerebrado.
3. Ashley Gales.- Jefa de animadoras. Reina de la belleza e hija de millonario.
Observaciones:
15/DIC/97.- Por capricho o por caridad, Ashley empieza a salir con Julius, el nerd, aunque lo compatibiliza con salvajes relaciones sexuales con Eric.
09/ENE/98.- La hembra se queda preñada.
14/FEB/98.- La hembra confirma sus sospechas.
15/FEB/98.- Lo comunica. Ninguno de los dos posibles padres se llama a andana, al fin y al cabo la chica es un buen partido, aunque se haya revelado un poco zorra.
18/FEB/98.- Coge las riendas el padre de Ashley. Cita a los aspirantes y los somete a una prueba de paternidad.
19/FEB/98.- Los resultados: Eric es el padre.
03/ABR/98.- Los casan…
20/ABR/98.- … y ponen a Eric a trabajar en una de las muchas empresas controladas por su suegro.
20/ABR/08.- Diez años después, Julius se pregunta por qué Speedman -¡aquel energúmeno!- preside el segundo banco más importante de América y suena como candidato a gobernador y él es contable en una gestoría.

Y nosotros, tras diez años de observación, compartimos su curiosidad. ¿Qué criterios están marcando la evolución del ser humano? ¿Qué características está determinando el ambiente para que definan al hombre del futuro?
Los datos son concluyentes, y lo que se intuye, aterrador. El descenso de los niveles de las que antaño eran consideradas cualidades positivas en las clases política y empresarial ha sido del 72,8% (Bush aparte) y del 68,05%, respectivamente. Cine, literatura, televisión…, el arte en general deja ver una casi completa desaparición de la calidad y del talento, ya innecesarios en el nuevo mercado. La juventud no piensa más que en botellón. El desarrollo tecnológico-científico no tardará más de una generación en estancarse, pues se sirve de los peor adaptados, que morirían con gran probabilidad si no se adaptan antes y se convierten en mercaderes de humo. Este artículo es una buena prueba: debería publicarse en alguna prestigiosa revista científica como “Muy interesante”, y, sin embargo, me veo forzado a colgarlo aquí, como si se tratara de un vulgar nacionalista. Y es que, desde que me expulsaron de La Universidad por un pequeño malentendido, la comunidad científica no me puede ni ver: ¿no es esta exclusión un comportamiento acorde con una nueva posición evolutiva?