Perdiste, Alberto. Puedo imaginarme cómo te sentirás; por la derrota y por el rival; fundamentalmente por el rival. ¿Cómo fue la reunión? Mariano, Acebes, Esperanza… (ahora estará celebrándolo). Menuda cara debió quedársete. Tú que te creías tan listo. Yo considero que lo eres, pero en estrategia suspendes: ¿cómo se te ocurrió plantear a Mariano algo que estaba contemplando su derrota, su sustitución? Casi cuela. Pero te han considerado menos enemigo que la otra. Al menos han considerado que tus amigos son mejores enemigos que sus amigos. Y vas y te pones otra vez a llorar. Te pueden las emociones y lo quieres todo ya. Dices que sientes tristeza; parece rabia más bien; frustración también. Llora, desahógate. Aunque yo creo que, en este país, ningún político se ha ganado todavía el derecho a llorar.
¿Qué vas a hacer? ¿Seguirás el camino inverso a Pizarro y aceptarás la presidencia de alguna empresa? Al menos sería una presidencia. ¿Nos dejarás a Botella de alcaldesa? Democracia pura. Otro genio, Pepe Blanco, por una vez estuvo acertado en la expresión: “da escalofríos”.
Eres joven todavía, aunque tu aspecto empieza a acumular disgustos. Córtate un poco las cejas y lucha un poco más.