Unas convicciones fuertes son difíciles de desarraigar y no haría falta echar cemento para que un árbol se quedara donde está, y, además, vivo. Pero anteayer, un montón de gente -dicen que mucha más de la que parecía- se reunió en la plaza de Colón para defender algo que nadie ataca: la familia.
“Favorecer jurídicamente la familia”¿? ¿Qué es exactamente lo que pretendéis? ¿Por qué tenéis tantas dudas? ¿Necesitáis acaso un marco legal positivo para no saltar al lado oscuro? ¿Una manada unánime para sentiros en el camino correcto?
Haced que vuestra voluntad se convierta en ley moral. Legislad vuestra vida con vuestra conducta. No compartir no es rechazar, ni defender imponer. Si lo que intentáis es dar testimonio, creo que se puede hacer mejor. Y no hablo de los curas: esos ni siquiera pueden casarse.