Friday, May 30, 2008

Catarrazo

He tenido a mis defensas de maniobras toda la semana y ya estamos replegándonos. Aún escupo los cadáveres de los enemigos. Aunque la lucha ha sido feroz, tengo una agradable sensación de renovación. Siempre he pensado que estos entrenamientos inmunológicos, aunque molestos, son momentos de evolución en que se mata lo viejo y se impone lo nuevo: una limpieza general donde, aprovechando el ataque, nos deshacemos –lo sudamos, lo tragamos, lo esputamos…– de lo inútil, de lo débil, de lo molesto.
Percibo que queda todavía alguna bolsa. Podría dar otra vuelta de tuerca: darles vida y tupir la criba… Mejor no jugaremos a ser Dios.