Tuesday, October 24, 2006

Versión 6.0


El tiempo está para perderlo. Todavía no se ha determinado una actividad – salvo las puramente animales- cuya realización sea considerada unánimemente provechosa.
Yo- aunque no creo que me haya inventado el concepto- llamo “efecto Matrix” a esa sensación de que las cosas son tan forzadas, tan ilógicas, tan perversamente complicadas, que no pueden ser reales.
¿Por qué he empezado a escribir este rollo? ¡Ah, sí!, acabo de leer que la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo se reúne hoy para decidir si autoriza la presentación de un recurso de revisión contra la sentencia que condenó a muerte a Salvador Puig Antich en 1974.
Basándose en una reconstrucción infográfica, los familiares del anarquista catalán, esperan demostrar que el condenado no pudo ser el autor de los disparos que mataron a un guardia civil y que, aplicada la ley de la época, también lo mataron a él.
Dejando aparte que entonces hubiera importado un bledo, a la hora de mandar al garrote vil a Salvador, si la bala que mató venía de allí o de allá, no acabo de entender estas cruzadas en las que se embarca la gente para conseguir lo que equivale a nada: una limpieza de imagen post mortem a ojos de una sociedad de miembros egoistas a la que realmente no le interesa el asunto. Seguimos todavía pendientes del “qué dirán”, pero la verdad es que la gente, si dice algo, es poco y fácil de olvidar.
En conclusión: aunque se actualiza en interfaz, en la bendita programación que controla el sistema hay líneas de código que tienen miles de años y que no se borran por muchas versiones que se saquen.