Sale hoy en El País esta foto del que dicen que es el perro más feo del mundo. En el momento de verla, me he hecho la típica pregunta: ¿Cuanto tendrían que pagarte por…? En este caso el lugar de los puntos suspensivos debe ocuparlo la frase “tener ese bicho en casa”.
Y es que antes de la pregunta se me vino encima una cascada de imágenes del animal: recibiéndome alegre; pidiendo caricias; ladrando a los vecinos; despertándome a lametones…
Aunque hablaré antes con la persona o entidad que pone la pasta, será difícil que acepte su oferta, pues creo que no es aconsejable hacer cosas que te produzcan rechazo visceral solamente por dinero.
Y es que antes de la pregunta se me vino encima una cascada de imágenes del animal: recibiéndome alegre; pidiendo caricias; ladrando a los vecinos; despertándome a lametones…
Aunque hablaré antes con la persona o entidad que pone la pasta, será difícil que acepte su oferta, pues creo que no es aconsejable hacer cosas que te produzcan rechazo visceral solamente por dinero.