Thursday, September 14, 2006

Una historia de amor


Publicaba ayer El País que publicaba antes de ayer Bild am Sonntag que publicó en 1920 el semanario Liebfrauenbote (no encuentro su página web) un anuncio que así decía: “Funcionario soltero, católico, de cuarenta y tres años, con un pasado intachable busca una muchacha buena, católica y limpia que sepa cocinar bien y hacer todas las labores domésticas, versada en la costura y que posea ajuar para pronto matrimonio”.
Los resultados no fueron los esperados por el exigente cuarentón. Supongo que, o no se presentó ninguna, o las que aparecieron no tendrían ajuar, no sabrían coser, serían budistas o serían malas. La fealdad se les supone a todas.
Sin desanimarse, pagó de nuevo la cuota y otra vez salió el anuncio, pidiendo ahora que las ofertas incluyeran fotografía.
Sonó la flauta y una cocinera llamada María se prestó para que Joseph, que así se llamaba el de pretérito inmaculado, la desposase. Fruto de este matrimonio fueron tres pequeños a los que he intentado seguir la pista. La mayor, siguiendo los pasos de su madre, se presentó a una cita a ciegas y desapareció en 1945. Éste es el mediano. El pequeño, de nombre Joseph, como su padre, es el vicario de Cristo en la Tierra.