Aquí va otra entrega de “personajes”. Hay dos diferencias entre estos y los de la primera anotación: que no los he conocido personalmente y que están muertos.
- Lucía López-Lynch. Abandonada por su único novio porque le pidió por favor si podía lavarle siete bragas que no merecían una lavadora sólo para ellas. Lloró durante tres días, al cuarto se tiró por la ventana.
- Santos Blanco, “Blanquito” para los amigos. Un domingo cualquiera, antes de salir de casa para comprar el periódico y dar un paseo, le dijo a su mujer “hoy me muero”. Después de comer, se acostó y se murió.
- Suso Tamaño, profesor. Sus alumnos estaban alborotando como monos. Perdió la paciencia y le arreó a uno de la primera fila con un ordenador portátil. Le reventó el cráneo con evidente resultado a la vista de la dispersión de los sesos. Lo mataron dos años más tarde, en un tumulto, en el comedor de la cárcel de Soto del Real.