Hoy y hace hoy una año. Hoy un entierro, un año ha incineración. De día, de noche. Día de perros, sol y luz.
Y la sensación es de no haber mandado a los dos muertos al mismo sitio, a la misma nada. Muchos fueron los lloros con la lluvia; aquello, evidentemente, era el final. Con el sol parecía posible un algo más.
Son muchos los avances médicos, también los de predicción. Si queréis hacérselo más llevadero a vuestros seres queridos y menos feliz a los otros, apuntad bien y agarraos a la vida hasta que el cielo se abra. Porque todo es posible.