La novela en tres volúmenes que no hace mucho concluyó Javier Marías, “Tu rostro mañana”, arranca de una idea: la existencia dentro del MI6, el Servicio Secreto Británico, de un departamento creado durante la Segunda Guerra Mundial, que aún funciona y cuya ocupación es, en palabras no oficiales de sus miembros, “interpretar vidas”, “traducir personas” o “anticipar historias”: observan , interpretan e informan de lo que ven en los individuos sometidos a su examen con el fin de saber cómo son y qué puede esperarse de ellos en el futuro.
Me temo, para escarnio de los ingleses, que un agente español se ha hecho con documentos secretos de ese grupo. No, no es Jacobo Deza, el protagonista; el primero del que podríamos sospechar porque está dentro y es español. Es Curri Valenzuela. Puede que -tal vez- haya sido ella la autora de los informes, pero no considero la tarea dentro de las posibilidades humanas (pocas las suyas). Puede -es otra opción- que este departamento trabaje también para privados y no haya hecho Curri sino encargar los perfiles de los grandes sospechosos.
El caso es que ha elaborado un dossier con ciento diez personajes que están manos a la obra de cargarse España -una demolición-. El complot debe ser de calado, pues reúne a entes tan dispares como Irati Aranzabal (la novia de De Juana), María Patiño, Beckham, las camisetas del Ché, Federico Luppi, los albanokosovares, ZP, su abuelo fusilado y Pepe Blanco (aquí todos), lo que implica un gran poder detrás que los une, financia, coordina y motiva.
No se alarmen: en camino están cien que la salvarán. Vienen los buenos.